Caronte, el Barquero del Infierno
El Mito
En la mitología griega, Caronte (literalmente brillo intenso) era el barquero de Hades, encargado de transportar las almas de los difuntos en su barca. Los difuntos debían llevar un óbolo para pagar su viaje al más allá, razón por la cual en la antigua Grecia los cadáveres se enterraban con una moneda bajo la lengua o sobre los ojos (se han encontrado vestigios de esta práctica en restos arqueológicos). Aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las riberas del Aqueronte, tiempo después del cual Caronte accedía a llevarlos sin cobrar.
Contamos con diversas fuentes para conocer esta figura mitológica. En el siglo I a. C., el poeta romano Virgilio describe a Caronte en el descenso de Eneas al inframundo, después de que Sibila de Cumas mandara al héroe la rama dorada que le permitiría volver al mundo de los vivos. En el Canto III de la Divina Comedia de Dante, aparece Caronte cuando Alighieri, Virgilio y Dante atraviesan la puerta infernal, el vestíbulo de los cobardes y el paso del Aqueronte. Aunque con frecuencia se dice que conducía las almas por la laguna Estigia, como sugiere Virgilio en su Eneida, según la mayoría de las fuentes -incluyendo a Pausanias y Dante- el río que en realidad transitaba Caronte era el Aqueronte.
El mito en el arte
Esta figura forma parte de numerosas composiciones, con frecuencia como un personaje secundario, pero también protagonizando algunas obras. Su iconografía habitual es la de un anciano alto y delgado con largas barbas y que viste unas pieles o una túnica (visión posterior y más romántica que se aleja de las representaciones más clásicas). Lleva, asimismo, una larga vara para remar y con la que castigar las almas de los difuntos que no reman demasiado rápido o que protestan durante el viaje.
Las primeras representaciones datan de los siglos V y IV a. C. y aparecen en la decoración de distintos tipos de cerámica funeraria. En los primeros jarrones parece un tosco y descuidado marinero ateniense vestido de color marrón rojizo, que toma el palo de su barca con su mano derecha y usa su mano izquierda para recibir al muerto. Algunas veces aparece Hermes acompañando a las almas de los difuntos. En los jarrones más recientes se le da una apariencia y una conducta más amable y refinada.
La obra El paso de la laguna Estigia es la más famosa de Joachim Patinir (importante pintor flamenco de fines del siglo XV y uno de los primeros paisajistas de la historia) y está protagonizada por Caronte. Representa un tema clásico de la Eneida de Virgilio y del Infierno de Dante, en el que Caronte (figura central de la pintura) transporta un alma humana que debe decidir entre el cielo y el infierno.
Aunque la obra se desarrolla en un solo panel, la pintura presenta una composición “tríptica” que muestra paralelismos con el famosísimo El jardín de las delicias de El Bosco, obra que sin duda Patinir conocía. Al igual que en la obra de El Bosco, el observador puede contemplar el paisaje del Edén en la parte izquierda (incluyendo la fuente del paraíso) y el terrible aspecto del infierno en la parte derecha. La obra se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.
Durante el Renacimiento, manierismo y Barroco el tema se recuperó con un carácter alegórico. Quizás la representación más conocida de Caronte es la realizada por Miguel Ángel en el muro del altar mayor de la Capilla Sixtina, en su famoso Juicio Final (1537 – 1541) realizado por encargo de Paolo III. Miguel Ángel interpreta el tema cristiano del Juicio Final como si de un tema de la Antigüedad clásica se tratara, con Cristo a modo de Apolo. Las figuras son de musculosas anatomías y cuentan con la característica terribilità miguelangelesca. Caronte es una figura central de la composición, ya que transporta a los condenados y los arroja con violencia al infierno. En este caso aparece representado como un demonio.
La temática mitológica de Caronte y la laguna Estigia también fue recurrente durante el Romanticismo pictórico del siglo XIX y el prerrafaelismo. El gran grabador francés Gustav Doré realizó una ilustración para la edición inglesa de la Divina Comedia de Dante (Editorial Grant & Co) que es una de las más célebres ilustraciones de esta obra. Dentro de la producción española, podemos destacar la obra de José Benlliure La barca de Caronte, de carácter expresionista.
Quien es caronte
Caronte, hijo de la oscuridad, Érebo, y de la noche, Nix, fue en la mitología griega el barquero del dios Hades, el dios mayor del inframundo.
Caronte, fue incorporado en el infierno de La Divina Comedia por Dante Alighieri.
Su nombre, proviene de una variante de la palabra Charopos que significa ‘el de fiera mirada’. Se desconoce el motivo por el cuál debía realizar esta labor: si por voluntad propia o si por castigo.
La barca de Caronte
Su principal misión era la de conducir a través del río Aqueronte a los recién fallecidos de una orilla a la otra. Los difuntos, para pagar este trabajo debían darle un óbolo y es por esto, que a los cadáveres se les enterraba con una moneda en la boca, puesto que si no podían pagar, estaban condenados a vagar de manera errante durante años hasta que Caronte accediera a llevarlos sin cobrar.
En una ocasión, el barquero, dejó pasar a Heracles sin cobrarle el pago habitual exigido a los vivos ya que éste le dió una paliza obligándole a hacerlo. Por este acto, Caronte fue encarcelado durante un año. Además, fueron dos más los mortales que cruzaron el Aqueronte: Orfeo (quien conquistó a Cerbero y al barquero con su canto para traer de vuelta del inframundo a su amada Eurídice) y Psique (que bajó al inframundo debido a que Afrodita le ordenó ir en busca de un frasco de agua de Juvencia).
Apariencia de Caronte
Habitualmente Caronte es representado como un viejo flaco y gruñón con barba gris y ataviado con harapos oscuros. En ocasiones, también se le representa como un demonio alado que porta un martillo doble.
Caronte, barquero del infierno, suele guiar su barca fúnebre sin remarla, tarea que deben realizar las almas que desean cruzar el Aqueronte con quienes el barquero se suele mostrar despótico y violento.
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