Descubra a su demonio interior
¿Cuál es la parte oscura de su personalidad?
No es grato; pero todos sabemos que no somos perfectos y que tenemos demonios internos que nos perturban. Este oráculo es útil para conocer esa parte negativa, a fin de poder enfrentarla y evitar que nos gobierne.
El número siete rige una buena parte de la vida humana. Estudiosos de la espiritualidad y esoterismo, tanto antiguos como modernos, le han dedicado sus vidas al estudio de este número mágico y comprobado así su gran influencia en nosotros. Asimismo, siete también son los demonios que nos acechan en nuestro propio interior a través de los siete pecados capitales. Cada uno de ellos se relaciona con un gran impedimento para ser personas armónicas y felices. Ceder a ellos es condenarnos a la infelicidad, es destruirnos y hacer sufrir a otros. Escuchar sus temibles consejos supone estar cada vez más solo, separado de la gran hermandad humana y perder la luminosidad que la divinidad otorga. Aprenda a reconocer lo peor de sí mismo para poder superarlo.
EL ORÁCULO DEL DEMONIO INTERIOR
Este sistema adivinatorio consta de 21 cartas, que puede realizar de un tamaño que le resulte cómodo. Cada demonio estará representado en tres cartas, ya sea por su dibujo o sólo por el nombre. Lo ideal es que usted mismo haga sus cartas escribiendo estos nombres sobre cartulina. Las confecciones de las cartas debe ser artesanal, ya que este no es un oraculo tan popular como el Tarot, y no se encuentra en los comercios esotericos. El material mas apropiado de confección es el carton fino, pero rigido. Las imagenes, si decide pintarlas, se pueden encontrar en representaciones antiguas. Tambien, puede escribir en cada carta el nombre de cada demonio.
Las cartas se numeran del 1 al 3, de modo tal, que habrá, por ejemplo: Mamón 1, Mamón 2 y Mamón 3. Cada número indica el grado de intensidad con la que intentará actuar el demonio para el período de consulta. El número 1 es el más fuerte y el 3, el más débil.
¿Cómo tirar las cartas?
La consulta se hace de noche, en día viernes. Encienda tres velas: de color gris, para neutralizar las influencias negativas; violeta, para inclinar situaciones adversas; y blanca, para aumentar el conocimiento y solucionar los casos espirituales no resueltos. Mezcle las cartas, tanto tiempo como lo desee. Córtelas en 3 pilas, boca abajo, con la mano izquierda. Dé vuelta la primera carta de cada pila, manteniendo el orden. Mire con atención cada carta, concéntrese y trate de percibir qué ecos encuentra en su interior.
UN EJEMPLO PARA COMPRENDER LA TIRADA
Lo ideal es consultar el oráculo para hallar las verdaderas causas de un conflicto personal, una emoción desagradable, un trauma, un mal humor constante, etc. Imagine que la persona del ejemplo ha preguntado: “¿Cuál es la razón por la que no soporto la presencia de cierta persona?”.
La respuesta de las cartas
Ha salido Belfegor 3, Asmodeo 1 y Leviatán 1. Dado que el número indica el grado de peligro frente a la acción del demonio, en este caso, deberemos interpretar que esta semana las máximas amenazas provendrán de la envidia y la lujuria (el número1), y que la pereza aportará lo suyo, como para ceder ante las dos primeras.
Esto puede significar que esa persona representa su “sombra”, lo peor de usted mismo, como si se tratara del reflejo de un espejo. A su vez, usted se siente desagradablemente atraído por esa persona a la que, a la vez, detesta, dado que ella simboliza sus propios impulsos negativos.
LA INTERPRETACIÓN
Con un poco de práctica y conocimiento de sí mismo, usted irá perfeccionando su capacidad para una lectura mucho más afinada. En principio y teniendo en cuenta el mensaje del ejemplo, durante esa semana, deberá estar atento a las situaciones en donde aparezcan los aguijones de la envidia o las tentaciones de dejar todo de lado y tener sexo sin ningún miramiento por la otra persona.
Con el tiempo, el mensaje se le aparecerá mucho más claro y verdaderamente anticipatorio.
Siguiendo con el ejemplo, usted comprenderá de antemano que el ascenso de un compañero de trabajo le da envidia y que ya ha comenzado a idear una venganza: seducirlo para luego abandonarlo. Comprenderlo y evitarlo será el mejor modo de preservarse de la destrucción y la infelicidad, ya que la perfidia de los demonios es que destruyen tanto a quienes poseen, como a las otras personas que podrían ser objeto de nuestras acciones.
El mensaje de cada demonio
He aquí, personificados en demonios a cada uno de los 7 pecados capitales. Recuerde que cada carta tiene 3 valores.
- Lucifer: el demonio negro de la soberbia que nos lleva a despreciar a los demás, creyéndonos superiores.
- Satanás: este demonio muy conocido representa la ira; que nos lleva a sufrir y a hacer sufrir a otros mediante ofensas y agresiones, a veces, irreparables.
- Mamón: harapiento y esquelético, constituye la imagen de la avaricia; que enajena el espíritu en los objetos hasta perderse uno mismo en ellos.
- Asmodeo: fauno de hocico de cerdo, simboliza la lujuria; que poco tiene que ver con el amor y representa la dominación del otro a través del sexo. Consiste en la reducción del prójimo.
- Belcebú: con su rostro hinchado, peludo y con alas de murciélago, rodeado de moscas, hace alusión a la gula, que llega a enceguecer todo otro interés que no se relacione con la comida. Daña el espíritu y también perjudica el cuerpo.
- Leviatán: la gran serpiente marina, representa la envidia, que desde el interior roe el espíritu destruyendo las buenas relaciones entre los seres humanos.
- Belfegor: demonio de barba larga con la boca abierta, cuernos y garras muy afiladas, simboliza a la pereza, pecado que vulnera la voluntad y, con ello, las posibilidades de superación.
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Lucifer: el demonio negro de la soberbia que nos lleva a despreciar a los demás, creyéndonos superiores.
Satanás: este demonio muy conocido representa la ira; que nos lleva a sufrir y a hacer sufrir a otros mediante ofensas y agresiones, a veces, irreparables.
Mamón: harapiento y esquelético, constituye la imagen de la avaricia; que enajena el espíritu en los objetos hasta perderse uno mismo en ellos.
Asmodeo: fauno de hocico de cerdo, simboliza la lujuria; que poco tiene que ver con el amor y representa la dominación del otro a través del sexo. Consiste en la reducción del prójimo.
Belcebú: con su rostro hinchado, peludo y con alas de murciélago, rodeado de moscas, hace alusión a la gula, que llega a enceguecer todo otro interés que no se relacione con la comida. Daña el espíritu y también perjudica el cuerpo.
Leviatán: la gran serpiente marina, representa la envidia, que desde el interior roe el espíritu destruyendo las buenas relaciones entre los seres humanos.
Belfegor: demonio de barba larga con la boca abierta, cuernos y garras muy afiladas, simboliza a la pereza, pecado que vulnera la voluntad y, con ello, las posibilidades de superación.
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